"habrá caderas en que termine la noche
y empiece la pinche y deliciosa vida"
Acá, hace un frío de la chingada,
se levanta la luna muerta de sueño,
se esconden las esquinas
y sus habitantes;
acá, hay vacíos en todas partes,
de mi abrazo a la ventana,
de la cocina a tu recuerdo
quitándose el amor con agua;
acá, la puerta se queda
para ver como me largo
en busca del que soy
sin decir palabra.
Y yo, sospecho
que sigo tirado en la cama,
de un motel que ni recuerdo,
en un burdel al que no vuelvo
-por nada-
Acá tiemblan las ganas,
de seguir en el intento
de no sé por qué o por quién carajos,
pero seguir en la batalla;
acá el cariño se acostumbra,
a estar sólo,
a dejar ir las miradas
a dejar un par de letras sin papel, tiradas;
acá, nace el frío de madrugada,
el que no se quita con recuerdos
y no se calma, con un trago de tequila,
ni un remedo de esperanzas.