miércoles, 28 de noviembre de 2012

hablemos un poco de los miedos

hablemos un poco de los miedos que tengo en algunas las noches,
como la de ayer

A veces tengo miedo,
sobre todo por las noches,
cuando cae la madrugada
sobre las azoteas,
cuando los vuelos son
más lentos, entre las estrellas,

a veces tengo miedo,
de despertar solo,
como cada mañana,
como cada lunes,
cada vez que duermo
a mitad de otros labios.

A veces tengo miedo
de que el café esté frío,
de que el pan no huela,
de que Dios decida mudar
si mirada de planeta,

tengo miedo, a veces más,
de que mis manos olviden,
de que mi pies se quiebren,
de que mi mirada vea
más ropa que palabras
en cualquier calle,

que el agua no me sacie,
que mi cama me rechace,
que mis zapatos renieguen
del camino o corran
hacia atrás,
en cualquier sitio,

que la cerveza
no me induzca el sueño,
que el insomnio me cuente,
cada noche,
hasta que caiga la madrugada
por las azoteas,
que la soledad no es pasajera,
es equipaje /
            entre mis manos.



domingo, 18 de noviembre de 2012

Cae la noche

Cae la noche, más temprano.
como si tuviera prisa,
como si supiera de mis manos
que esperan por tus manos,
como si la luna o algo,
le hubiera contado
de tus labios que no aguantan
estar tan cerca
y no deshacerse en besos.

Cae la noche,
igual que nuestro cuerpo en el sofá,
igual que mis besos por tu cuello,
como mis dedos, creyendo/creando
caminos hacia tus caderas.

Cae la noche,
y cae tu ropa, en algún lado,
cerca de mi ropa,
lejos del miedo, de las dudas,
caen uno a uno
los botones de tu blusa,
tu cabello por mis manos,
tu piel por mis labios
intentando no temblar
más aprisa que el ritmo
en que nos amamos.

Cae la noche,
nos abraza,
nos impregna,
nos penetra,
nos refugia,
nos ama,
nos besa,
nos hace -un poco- suyos,
también yo.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Tus palabras vuelan

Tus palabras vuelan por los cielos,
sobre nuestras cabezas,
sobre nuestras casas,
sobre la comida que no llega,
sobre los medicamentos que no están,
sobre nuestras ganas de salir corriendo.

Tus palabras a lo lejos
que revientan ventanas,
que rompen huesos,
que quiebran la sonrisa,
que destruyen las esperanzas
siempre más cercanas.

Tus mentiras en Alta definición,
en horario estelar,
a todo color, en la pantalla plana,
de una televisión "inteligente"
-en 3d en este lado de la frontera-
patrocinadas por a libertad
del mundo Marlboro.

Tus palabras que resuenan
en nuestros oídos,
en las noticias que nadie dice,
en el silencio del hospital
en llamas / en ruinas ,
que se estremecen
bajo nuestros pies temblando.

Tus palabras vuelan sobre nuestros sueños,
iluminan la noche / nuestro miedo,
le dan forma a nuestra pesadilla
de volar / de ir al cielo,
de sentir en las manos
el corazón de los que amamos.

Tus palabras envueltas en hierro,
disparadas desde la comodidad
de la sala
de guerra
con cabezales hipersensibles,
dirigidas a control remoto.

Tus palabras de fósforo
blanco
entre nuestra familia,
en el futuro que no va a llegar,
igual que la mirada / compasión
de los que no entienden
que rogamos al mismo Dios
pero desde un idioma
lejano.



No es desconocido para muchos, que me da terror, rabia, impotencia, la situación en Palestina, no sé por qué soy tan empático con eso, pero no debería cuestionarmelo, basta que sean personas, sufriendo lo indecible  pero sobre todo, la indiferencia del mundo "occidental/cristiano"





miércoles, 14 de noviembre de 2012

En un momento de extraña paz

Escribí estro hace varias semanas, con un sentimiento tan distinto al que ahora me invade.
Esto es la vida -o querida muerte- este vaivén de emociones, este subeYbaja del corazón, que viene de la frente a la entrepierna.
Esto es mi vida, que siente con todos los sentidos, con todos los minutos, con todas las marcas del termostato, con todo lo que sueño y lo que olvido.


Debo aceptar que fue un exceso
pensar que no encontrarías
a alguien mejor,
que te quiera tanto
o más que yo

que pueda llenar
cada una de las expectativas
que se iluminan en tu mirada
desde el momento en que despiertas.

Fue egoísta pensarme feliz
a costa de tu propia felicidad,
no me culpes,
cualquiera se vuelve loco
al sonreír así
después de tantas noches
demasiado largas.

Me quedo con nueva piel,
y un alma más grande
para derramar en ella,
y un par de metáforas
que agonizan
porque están tristes
y ahora, también están solas,

me quedo sin despedidas,
sin trinchera,
sin anuncios de sobrevivencia,
sin grilletes en los pies,
con las alas naciendo
entre los palíndromos de mi espalda.

No hay por qué decir
dolor / rabia / abandono,
he aprendido a permanecer en pie,
a anclar la sonrisa,
las manos,
la esperanza,
contra todos los pronósticos.




martes, 13 de noviembre de 2012

Imaginaba adjetivos / verbos

imaginaba el sabor de tus labios,
la sensación que tendría mi cuerpo
al hundirse en tu abrazo.

imaginé tantas veces
el tacto de tu piel,
desnuda, mojada, temblando,

tantas veces el roció de tu cuerpo,
tus manos cayendo, aferrándose
a mi espalda

igual que tus piernas,
tu cadera y
la planta de tus pies.

imaginaba, antes, no hace mucho,
no hace tanto, el sonido de tu voz
en suspiros /en espasmos

imaginaba la textura de tu cuello,
de tus senos, de tus vientre,
bajo, alto, más aprisa, no te detengas,

imaginaba el aroma
de mi cama llenándose
de la desnudez de tu cuerpo.

imaginaba despertar
con tu cuello en mis besos,
para encontrar adjetivos
para mis verbos.



jueves, 8 de noviembre de 2012

Despierto al centro de ti



Despierto entre tus sueños,
en otro verbo, en otro tiempo,
que no es este, ni norte, ni sur,
ni tuyo.

Despierto en el espacio
de tu almohada, como un pasajero
de tus sueños, de tu ombligo
bebo.

Despierto en el terreno
de tu abrazo, que no termina
hasta otro día, hasta otra vuelta
al hemisferio.

Despierto sin que sepas
que soy yo quien siembra espinas
en las rosas, para resistir
al tedio.

Despierto tras tu oído
y me convierto en besos,
por tu espalda, por tu piel
y creo.

Despierto en medio
de alguna parte
de ti y de tu
cuerpo.

martes, 6 de noviembre de 2012

Mientras tu duermes

Mientras tu duermes, busco
besar tu rostro, tu cuello, tu espalda,
acariciar suavemente tus brazos,
pasear la mirada por tus labios,
por tu piel, toda, aún mojada,
diciendo poco a poco, poro a poro
que no es indiferente al frío.

Yo reviso tus manos,
algo deben tener, algo que es mío,
algo que enciende mi cuerpo
con el más ligero roce,
igual que tu cabello, tus piernas,
tu boca, tus palabras, tus suspiros,
tus: no te vayas, no me sueltes,
no te duermas aún
que tengo ganas
de volar.

Mientras duermes,
se hace la noche,
y a mi,
mi cama,
me parece,
tan iluminada.



viernes, 2 de noviembre de 2012

En mi espejo

Hay un sol en lo alto del día,
colgando de la mano de Dios,
aves llevando mensajes
que no pueden viajar
de otra manera.

Hay agua corriendo
por los pies de cada árbol,
hay fuentes en los parques,
niños persiguiendo
alegremente su sonrisa
en una pelota.

Hay aroma a cocina,
hay color en la paleta
de un pintor
que nadie conoce
pero que pinta
con más pasión que nadie.

Hay música en la radio,
en las manos de Manuel,
en la voz de Eugenia,
en la memoria
de los viejos.

Hay un buen día
en cada sorbo de café,
en cada sonrisa
de una desconocida,
por la calle,
rumbo a una oficina
o de regreso a casa.

Hay una estrella
para cada viajero
perdido/distraído,
hay un mar que no deja
nunca de cantar.

Hay vida
después de la muerte
-y sobre todo antes-,
hay sabor a recuerdo
en cada mirada,
hasta un par sonrisas
en las noticias de la mañana.

Pero, lo confieso,
aún con todo esto,
hoy, me haces falta.