martes, 23 de agosto de 2016

Sonrisa de aire

Que tu sonrisa sea lo primero,
antes que mi taza de café,
antes que la lluvia,
antes que los buenos deseos
de tantos desconocidos
que me importan menos
que el viento que baila
entre tus labios,
cuando sonríes
y llenas mi mañana
de luz,
de música,
de ganas de seguir
para siempre, vivo.

viernes, 19 de agosto de 2016

Homenaje a pato II

Empezar por decir una chingada,
no tengo ganas de nada
y todo me hace falta.

Empezar por reconocerse
en el papel arrugado
que guarda un mal poema
junto a un calcetín abandonado
- por su media naranja -

Empezar diciendo
aquí estoy yo
más jodido que vivo
a la mitad de un camellón
atiborrado de desconocidos.

Empezar pateando una pelota,
continuar pateando un muro,
rompiendo una puerta
que nomás no abre.

Empezar dejando que la rabia
nos consuma/nos levante
empezar haciendo
otra canción
para la puta soledad.

Fico carente


Me duelen las manos,
tengo angustias clavadas
en el cuello y palabras
sin camino de regreso.

Tengo ganas de deshacerme
la mirada en llanto, drenar
la cólera y mi cara de
legítimo espanto.

Los pies encadenados,
la lengua seca
y en la espalda me brotan
recuerdos colorados.

Tengo ganas de volver
al rincón de mi pasado,
con besos jodidos,
caricias de fango.

Tengo la soledad brotando
en los poros de mi piel
como raíces que me anclan
a seguir callado.

Tengo un grito en la garganta,
besos en las manos,
caricias en los labios,
ganas de seguir cantando,

pero no tengo aire,
ni cama,
ni mujer,
ni nada,
ni papel en blanco.


miércoles, 17 de agosto de 2016

Bienvenida

Cuando vengas de nuevo
por ese camino que va
de mis sueños hasta tus labios,

cuando tus pasos sean
el camino de mi mirada
antes del café de la mañana,

cuando tu cabello sea
el más bello desorden
de mi mundo,

cuando tu mirada vuelva
a ser el más iluminado
de todos los segundos,

cuando tu risa sea
la voz en todas
mis canciones,

cuando tus manos
sean la almohada
de mi rostro,

cuando vuelvan a ser
tus sueños, mi refugio
y mi motor,

cuando los lunares
de tu cuerpo vuelvan a ser la
constelación de mis noches,

cuando tu nombre duerma
en cada rincón
de mis palabras,

cuando tus pasos vuelvan,
junto con mi sonrisa
y el calor de mi cama,

cuando no quepa
en ningún texto
tanta felicidad.



Oración para dormir sonriedo


De este a oeste me crece tu abrazo,
se enreda en mis poros y en el sueño
que te separa de la noche a medias
y de la mirada que recordamos.

De norte a sur vienen tus pasos
desde donde despiertas
hasta este momento
de minutos adormilados.

Hay mundos que nacen
a toda prisa y vuelan,
hay palabras que se buscan en aves
y yo te recuerdo a veces.

Hay momentos en que hablo de ti
y puedo tocarte con los labios,
hay días en que quisiera verte
y puedo ser la mirada que guardo.

Desde el soplo de la brisa
hasta el aire que se escapa
antes de caer dormido,
tu nombre se mece

desde un buen recuerdo
hasta el instante de sueño,
tu nombre, suave, tierno,
en mi boca, amanece.



sábado, 9 de julio de 2016

Mientras hablamos

No es el recuerdo de su cuerpo
que nada más en mis sueños
que  entre mis manos.

No es su cabello
que da vueltas por mis dedos
igual que en el viento.

No es su mirada limpia,
que me lava el alma
o que alguna vez la vi volar.

No es su cuello,
ni su cadera,
ni la suavidad de su pecho.

No es su cintura breve
que sostiene el recuerdo
de la forma de mis manos.

No es su piel,
ni su aliento,
ni sus labios,
ni sus ojos
clavandose
en los mios.

Todo esto obedece a su sonrisa,
(bonita)
que me besa el alma,
mientras hablamos.


miércoles, 16 de marzo de 2016

Si Dios me habla

Tenía un amigo que decía que Dios le hablaba y le daba mensajes para mi, y no dudo que Dios tenga voz, si Dios existe puede tener lo que sea.
De lo que si dudaba es de que eligiera a cualquier pendejo como interprete.
Por eso cuando sospecho que me quiere decir algo, confío más en la mirada de mi sobrina o en la piedra del parque que en cualquier otro merolico, por eso cuando creo entender su voz, guardo silencio y saco las manos de los bolsillos.




viernes, 19 de febrero de 2016

Hoy vi las fotos de tu boda

Te ves hermosa de novia, y yo, no puedo más que imaginar la desnudez que conozco de memoria, bajo tu vestido.
No puedo decir a nadie, que nadie sospeche, que antes que otros, estuve yo, que viviste conmigo, una semana que no puedo contar a nadie, despertando conmigo cada mañana, preparando el desayuno, tendiendo a mis labios tu cuerpo y tu cadera, que en esa mirada de niña vi el deseo desboradandose en mis manos, que me dijiste basta deseando con toda el alma que no llevara nunca mi lengua, lejos de tu cuerpo.



Que bendición

Que bendición haber despertado,
en tu cuerpo, en la luz de tu deseo.
Haber medido a palmos
cada espacio de tu piel,
haber sabido el temblor
que provocaron mis besos.

Que bendición despertar
a tu lado, escondidos
en lo prohibido, en lo querido,
en lo imposible,
en lo que niegas a los cuatro vientos,
en los gemidos que recuerdan
las cuatro paredes alrededor de mi cama.

Que bendición recordar
la fragilidad de tu piel,
la forma de tu sexo,
de tu espalda,
de la perfecta redondez
de tus pezones.

Que fortuna no tenerte,
haberte dejado ir,
saberte feliz,
estrenando nombre/casa/apellido.
Que feliz verte sonriendo,
y tener memorizada tu piel
bajo tu vestido blando,
y conocer perfecto
la oscuridad de tus rincones,
y no decir nada,
y quedarme callado,
como cuando besaba tu vientre,
bajo, sospecha, de complice suicida.

Que bendición llevarte a la cama
entre recuerdos que guardo,
entre mis manos,
en las páginas de un libro
que nadie lee,
porque te escribí con mis manos,
te di forma con los labios.

Que bendición no decir nada,
cerrar los ojos y poder recordarte
con el detalle de un mapa,
que recorrí hasta el cansancio,
hasta quedar basto, basta de negarlo tanto,
yo sé y lo sabes,
que nadie, nadie podrá dejarte
como yo,
temblando.

domingo, 24 de enero de 2016

Obvio


Que el olvido crecía a cada beso,
que mi corazón se volvía
de cristal.

Que buscaba el amor
que otros cuerpos
quebraron.

Que vendrían noches
de insomnio
o llanto.

Que el café una noche
lo tomarías
descafeinado.

Que me preguntaría
por el dolor
que siento.

Que cantaría por tu olvido
y por mi pie
derecho.

Que me quedaría sin manos
por llenarlas con
tu cuerpo.

Que al final la historia
era un mero
invento.

Que hablo y no digo
nada ni río
ni intento.

Que era tan obvio,
el final desde el
comienzo.

lunes, 18 de enero de 2016

Olvidarla es necesario

Olvidarla es una necesidad urgente,
como ponerle sal a mi tequila,
sonrisas a los cristales,
o bigote a las caras que observan,
- curiosas -
desde las revistas.

Que ganas de mandarte al diablo


Que ganas de mandarte al diablo


Que ganas de mandarte al diablo,
odiarte desde que amanece,
enfurecerme porque no soy
quien te rompe el frío
con los labios.

Que ganas de sepultar tus besos,
de arrancarme las manos
que aún saben de ti,
y tienen la forma
de tu cuerpo.

Que urgencia de no verte
en mis ojos cerrados,
en las calles abiertas,
en mis venas,
a cada rato.

Necesito urgentemente,
quemarme los labios,
quebrarme a pedazos
dejar en silencio
las ganas.

Que ganas de quemar los barcos,
de romper los libros,
de quebrar el día,
de mutilarte de
mi memoria.

Que ganas de nunca más nombrarte,
de nunca extrañarte
cuando sienta el frío
apropiarse de mis
huesos  / versos.

Que ganas de mandarte al diablo
de una vez por todas
las veces que de tus manos,
me bebía
el cielo.



sábado, 16 de enero de 2016

Voy a bien odiarte

Voy a bien odiarte.

Para procurarme el olvido,
para que tus senos no me duelan
en las manos, ni tus besos en los labios,
para que no falte el aire
en cada letra
de tu nombre:
aquí
donde no hay
risa sino tu
imagen
acariciando mi
naufragio
alacrán
en dónde invento y repaso
el color de tu ausencia
para olvidarte,
para olvidar,
para
no sé
qué chingados
estoy haciendo
aquí.



Déjame odiarte



Déjame odiarte con todo el vapor
que escapa de mi taza de café.
Con las cortinas abiertas
para que la ira se seque
con el sol y con la sal
del domingo.

Déjame odiarte para caminar
por las calles en que detuve tu marcha
para callarte a besos,
para sobrevivir a la oscuridad
en que aparté el miedo
con mis labios
y tu ropa con mis manos.

Déjame odiarte en cada canción
que me susurre tu nombre,
en cada butaca que no ocupamos,
en cada paso que no dimos
juntos, en los sueños, 
en las camas que se quedaron
esperando a lo pendejo.

Voy a odiarte con la misma furia
con que ato mis zapatos
y desato mi corbata.
Voy a odiarte como único recurso
para ocupar mi cerveza en otro nombre
y mi almohada en otro sueño
de cabello alborotado.

Voy a odiarte porque ya no sé
que hacer con el amor
que dejé para más tarde
y que susurra tu nombre a mi oído,
suavecito en las mañanas
y tan dulcemente
- tan gandallamente -
cada vez que acerco
a la almohada mi cabeza.