sábado, 22 de junio de 2013

No son mis manos

No son mis manos las que visten
o desvisten tu recuerdo,
ni mi boca se confiesa
de rodillas, de ti,
de esta ausencia,
de estas ganas,
que juro que no tengo.

No son mis ojos los que mienten
cada vez en que te veo, tan cerca
y que no puedo
tocarte, decirte,
que no importa, ni creo

que Dios no cuenta mis pecados,
porque se cansó de hacerlo,
que el diablo llora a veces,
de pena y de recuerdos,

No son mis manos
quien recorre lentamente tus infiernos,
no es mi lengua la que cruza
a media noche,
en el bosque de tus sueños,

no humedezco tu cara,
tus labios, tu vientre,
no bebo,
no dejo marcas en tu espalda,
y no busco tu sonrisa,
en mi mirada
porque sé que no la tengo.