miércoles, 13 de noviembre de 2019

Llueve

Llueve
y tengo esta ansiedad de llamarle
dando saltitos junto a mi taza de café /
una canción que la recuerda
tarareándose en la esquina del diván /
sus labios olvidándose en mi piel
tenuemente
Llueve.

lunes, 6 de mayo de 2019

A veces mis manos



Me gustas/n estos días en que escribo
no sé cómo, no sé cuándo, pero de ti.

Me gustas/n estas letras que crecen /
en mis manos /
que piensan que son caricia /
a la menor provocación.


A veces creo que escribo como método para alcanzar la inmortalidad,
porque le temo a la muerta casi tanto como al olvido
porque no me resigno a ser menos que la luz
que me hace sentir amor/esperanza/guía
cuando miro el destello de una estrella muerta.

martes, 30 de abril de 2019

Con tu nombre recién escrito en mi cuaderno de pendientes.


- No me gusta Guadalajara -, dijo con una voz tan dulce como lapidaria, y yo, me quedé con todos los bares, con todas las canciones, con la fuente, con la cerveza fría, con la voz a medias, con tu nombre recién escrito en mi cuaderno de pendientes.


Ningún cambio en el espejo

Nunca sabré el ritmo de tu pecho al dormir,
ni al sabor que tienen tus lágrimas - cualquiera -
ni hablar del ritmo de tus pies en tu canción favorita,
no sabre el peso de tu cuerpo cuando me abraces
mientras bailas / cuando abrazas / cuándo vienes

cantaré canciones de lo mucho que te extraño
sin saber qué extraño
es esto de no tenerte sin haber tenido nunca
de ti
más que un par de sueños
- secos -
unas pocas palabras
- húmedas -
una sonrisa que era para alguien más
y que hacía falta en mis labios
pero sobraba en los tuyos.

Cuando vuelvas, si es que vuelves,
cuando te vayas si es que llegas
algún día ¿qué tal de noche?
Vestida de luna a medias,
con el llanto fresco sobre tus mejillas,
con las manos llenas de ausencias,
con las paredes de tu casa repleta
de fantasmas
de flores
de gatos
para tapar las grietas que deja la soledad.

Quisiera gritarte que ojalá vengas cuando te canses
del amor barato - pero eso ya se dijo -
con la voz llena de esperanza
en que mires este amor en oferta permanente
este que se queda olvidado en el estante
al final del pasillo por el que nadie pasa,
ni tu
ni yo
ni nadie.

Nunca sabrás de la canción
que voy a escribirte mañana
¿Qué voy a escribirte después?
cuando la ilusión se nos ponga vieja
y la luz en tu foto se largue
a cualquier otra mirada,
nunca serán más los caminos que los planes
qué hice pensando en tu mano
aferrándose a la mía
para no ir sola
por la calle repleta de gente
a la que no le importa
ni tu, ni yo, ni nadie
que no voltean a vernos,
que nos desean la felicidad
mientras no rompamos su paz,
que desean la risa
siempre que no altere el silencio
que se necesita antes de dormir.

Sin ti
la almohada se ve tan sola,
y yo
no noto ningún cambio
en el espejo.