Acabo de ver Biutiful, de González Iñarritu, y la sensación que tengo se parece a la que tuve por días después de ver Requiem F a D, pero no tan galopante, es fuerte, es intenso, no me recupero, no quiero dormir, llegué e improvise en la guitarra como por media hora recordando las notas de Cuarón, las miradas, la historia, la histeria, la esperanza y la soledad que me dejó, decir pinche mundo jodido que feliz estoy de estar vivo.
Y los recuerdos, demasiado, son demasiado personales como para no decir, joder, esto lo entiendo/lo conozco, amarMientrasSeParteUnoLaMAdre.
En serio, si pueden véanla, clavense, y como dijeron en la sala al presentarla . puede que la odien o la amen, yo espero que sea lo segundo.
Vivir is Biutiful
No sé si festejar la vida,
árboles, aire, ladrillos, pan,
el atardecer que viene,
la noche en que se queda
desnuda y abrazada,
no sé si correr descalzo
entre la gente con frío,
volar con mis manos
levantando los tobillos
sobre las miradas extrañas;
no sé si sonreír a mi muerte,
decir carajo de aquí no salgo,
dame otro tequila, derecho
y no me quito ni me quedo
las ganas de romper tu colchón,
rebasar mis miedo,
quebrar todas las reglas,
irme por la tangente,
salir por la ventana,
inventar la ruta,
no sé si luchar por lo imposible,
o aferrarme a la vida amarrándome
las ganas a una botella,
a una mujer que me parta la madre
pero que a su manera me quiera,
no sé si perdonar, tanta chingadera,
o agarra mi rencor del cuello
y estrellarlo en la pared,
no se si tirarme al sol
y secarme la ultima espera
o agarrar mis palabras
y aventarlas desde lo alto
de la copa de un árbol,
borracho, sonriendo, pintando
esperanzas que ya nadie quiera.