jueves, 17 de diciembre de 2015

Que tu recuerdo sea quien muera entre mis brazos, no al revés.


Dice Jorge Villalpando que me lee como hace años, con "insolente nostalgia", tiene razón.
Bebámonos unas cervezas para darnos - de nuevo - la razón.


Nostalgias insolentes

Hay nostalgias que abro entre libros,
entre comas y siga por favor bebiendo.
Hay recuerdos que me invento para seguir viviendo,
y un montón de sueños en almohadas en que ya no duermo.

Tengo un puñado de rencores que descansan
en otras manos con la soledad a medias.
Hay ganas de andar sin zapatos,
esperanzas de levantar la mirada/ el vuelo/ el canto.

Hay ganas de cerrar las puertas, las heridas,
de iniciar a sonreír de tanto en tonto, confiado, confiando
en que el silencio es paz y el amor una mirada,
¿qué sembramos en otros ojos que ya no dicen nada?

Hay nostalgias canallas, insolentes
como dormir en la boca ajena,
en la piel que llevamos en las manos
pero ya no nos pertenece.