Allá afuera, no muy lejos, hay un mundo que me duele,
que le duele a un puñado, a un puño, con el rostro al piso,
con el pecho a tierra, con la mirada perdida,
con el miedo bien puesto en los pantalones.
hay un mundo sembrado de cuerpos, que no aman,
que no cantan, que no hacen nada;
cóleras desgastadas, con la sangre desteñida,
con la cara lavada, con las manos pendejamente limpias.
allá afuera, dando vuelta a la esquina, lejos no tanto,
cerca lo suficiente, serca lo necesario, aquí al ladito,
bajo mis pies, sobre mis sueños que
nomás nada,
no crecen, ni sonríen, ni ven el puto momento
de salir corriendo o volando de este valle _______
hay un mundo por el que nadie llora, nadie, nada,
por el que no vale la pena morirse, pero todos se mueren,
un doloroso instante sin nombres, puras pinches cifras,
- yo soy de los buenos
- yo de los malos
- yo de los muertos
allá afuera, tocándote la nuca, jalándote de los tobillos por las noches,
metiéndote el susto en las mañanas, vía el resumen de la media;
hay un mundo que duele, por el que nadie llora ni reza,
por el que todos gritan sin que nos basten las palabras.
He estado siguiendo el movimiento del #15M de los #indignados en España, duele, indigna, da una mezcla de coraje y valor.
Veo el movimiento de #Sicilia acá en México, veo la burda estupidez de los políticos, veo que nacen los muertos sin primera plana en todo el país, veo que el miedo viene pintado de verde, con cara de George Washington, veo que me despierto con incertidumbre, aún borracho, veo que hay mucho por luchar a pesar de tener todo en contra, el mundo no me gusta como es, y a veces creo que no basta mi paleta de colores para cambiarlo todo.
Hoy me duele España, México, mañana Palestina o el Congo, el mundo duele, de manera insoportable, a veces, demasiadas, demasiado.
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