viernes, 4 de septiembre de 2009

Espiral I

- No leas mi blog una semana,
solo una semana, necesito,
mandar a la chingada
un par de muertos que me sonríen.

"Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón."

Jaime Sabines


Soy un espiral que no termina,
Jaime tiene el corazón de gota
el mío es un espiral
que llevo atorado en los tobillos.


Espiral I

Siempre miraré hacia atrás sonriendo
al recordar tu rostro,
el alarde de mar en tus ojos,
o tu cuerpo tirado en la cama
cubierto apenas por una sabana gris.

Voy a rezar siempre que despierte,
nadie sabe por cuanto tiempo
seré el mismo olvido de la muerte,
por que estés bien, sonriendo,
por que ya no necesites prozac
en tu despensa ni en tus venas.

Mi felicidad colgó de tu sonrisa,
de tu voz de incienso,
de poder mirarte a los ojos
aun con cristales/kilómetros
cortándonos el aire.

Pero sabes que no puedo con el pasado,
con el tuyo, con el amor que tienes
y en el que tantas veces
me siento un simple intruso,
que quiere tener tu beso
y tu primer pensamiento en las mañanas.

Hoy, como otras noches,
cuando no te escucho, ni te veo
ni valgo el alcohol que llevo en las venas,
me siento solo, jodidamente abandonado,
pensando en que acompañas tu soledad
con recuerdos que tienen nombre y apellido
y en los que no tengo nada que ver,
ni escuchar, ni beber, ni respirar.

Siempre miraré hacia atrás sonriendo,
pensando que me hiciste recordar
que la vida me sigue los pasos,
que soy yo quien le da la espalda
y sigue muriendo/luchando día a día
y
en
cada
palabra.


Dios juega conmigo, porque le debe parecer divertido, oh Dios!!! te exijo al menos un poco de creatividad, que no te baste solo cambiar de nombres a los proptagonistas de esta misma historia.





6 comentarios:

Sascha! dijo...

Estas nuevas tristezas que siempre son las mismas que nos exprimen a diario y nos permiten brillar entre letras sombrias. Me encantó tu texto y la referencia a Sabines.

saudade dijo...

Es increíble toda la entrada. Me emocionó muchísimo...
Respecto a tu comentario, es posible, ama, AMA sin miedo al dolor, porque el dolor existe, está ahí.. Pero el amor tiene que vencerlo, o resistirlo.
Un beso

Rojo Buendía dijo...

Lorena, estás tristezas que siempre son las mismas, que nos exprimen a diario y nos hacen brillar, necesité demasiadas letras para decirlo.

Es un placer tu vuelta a este lugar.
Esos espirales, si me vienen bien.

Rojo Buendía dijo...

Saudade, amar sin miewdo al dolor, al final vale la pena, ¿no?, al menos saldrá una entra como está.

Un abrazo grande.

Sachery Guevara dijo...

Amigo, te mando un abrazo.

Rojo Buendía dijo...

Gracias Pandorita, a veces uno necesita más esos abrazos cuando sabe que algo ha hecho mal, algo así como la frase del Dr. Yeki.

Un abrazo grande, que biee nos viene.