Con licencia -o calcetín de bolitas-

Un tributo a Usted Licenciado

esperando que la ausencia se haga ligera

o la espera menos larga.

I

Lo sé bien,
me lo han dicho desde la mañana
en que desperté sin ganas,
lo dicen las paredes y los rincones,
las hojas de papel que aguardan
sobre la pantalla,

me lo dice todo,
quedito y al oído
cuando lavo mis dientes o me acerco
a cualquier ventana,
en cada sorbo apresurado de cerveza,
y entre mis poquísimos tragos de agua,

la estrechez de mis pasos,
la profundidad de mi espejo,
el frío con que me duermo y despierto,
es el mismo frío que quemo en mis intentos.

II

Me lo han dicho,
en las reuniones familiares,
en las reuniones con los amigos
que antes parecían mutuos,
- ¿en donde está ella?-
y yo no me atrevo a contestar
que te has quedado dormida
-en mi pasado-
o que te gano la hueva
-en el presente-.

me lo dicen,
en las charlas por internet,
con mensajes en el correo,
con llamadas inoportunas y consoladoras,
me lo dicen como si no lo supiera,

pero soy yo quien mejor lo sabe,
mejor que nadie, incluso mejor que tu,
me faltas, estoy mutilado,
ni la respiración es la misma carajo,
ni las letras saben igual, ni el café, ni mis cigarros,

III

Sé que debería comenzar  a olvidarte,
pero ya,
pero tonto como soy,
poeta y masoquista
-que es lo mismo según Manuel-
igual que cuentero y cuentista
-tambien lo dice Manuel-,
me pongo a escribirte y recordarte
en otras manos,
a repetirte tartamudeando
para que tu nombre dure más,
como el último tramo de un cigarro,

me pongo a olvidarte de a poquito,
lentamente,
así, como no queriendo;
espero un día no acordarme que me faltas
o mejor aún
que llegues de nuevo sonriendo y desnuda
a mi cama,
espero que pase pronto,
para poder continuar mi vida,
que ya me salía tan bien
improvisando
y de memoria.

Un abrazo Licenciado