Me puse a recordar con alevosía,
el sabor de tus senos en mis labios,
el calor de tu espalda en mi pecho,
el tacto de tus muslos, tu cintura, tu cuello
Me puse a recordar con toda ventaja,
las mordidas de tus besos,
el color de tus gemidos,
la humedad de tu sexo.
Me puse a recordar
con exactitud suicida,
el camino que lleva
de tu soledad a tu cintura,
y el que va de tus ganas a mi almohada,
de tu vacío al nuestro,
y de tu olvido
a estas palabras.
Me puse a recordar,
-casi sin querer-
cuando hacias mi nombre en tu vientre,
y susurrabas tu desnudéz
sobre mi cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario