Podría llorarte toda la noche,
sintiendo tanto amor,
el calor de tu cuerpo
que no está,
pero se queda cada vez que te alejas,
podría decir de ti, del tú, del nosotros,
que no existe,
por falta de testigos;
que existe
por exceso de noches en brazos,
en besos, en caricias, en cicatrices,
en el alma hay una luna
de escenas nueva,
de tierra, de nubes, de piedras
que nunca bastan
y dan la batalla
contra el mundo/ contra el olvido,
en el alma, de los dos,
hay un río,
un mar de palabras
- bajo llave -
que gritan tu nombre
y que te extraño.
este amor
que no tiene diccionario,
ni tiempo
ni reglas,
ni ganas de sentir
como el resto del mundo,
porque el resto del mundo
se muere sin remedio,
se aburre de la vida,
se conforma con lo encontrado,
olvida los sueños,
clausura la sonrisa
y vuelve
cada mañana
vacío de letra a letra;
este corazón siente
más allá de las reglas,
de los sueños,
de los besos
-que no te he dado-
y guardo
celosamente
detrás de la palabra
amor,
que tanto juramos,
seguía dormida,
junto al olvido,
junto a la ropa sucia,
y con estas ganas
de decirte
dentro
de mi,
que hay sueños,
rincones,
noches,
frío,
para cubrir,
con cada rincón
de la espera,
de tu cuerpo.
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