Empezar por decir una chingada,
no tengo ganas de nada
y todo me hace falta.
Empezar por reconocerse
en el papel arrugado
que guarda un mal poema
junto a un calcetín abandonado
- por su media naranja -
Empezar diciendo
aquí estoy yo
más jodido que vivo
a la mitad de un camellón
atiborrado de desconocidos.
Empezar pateando una pelota,
continuar pateando un muro,
rompiendo una puerta
que nomás no abre.
Empezar dejando que la rabia
nos consuma/nos levante
empezar haciendo
otra canción
para la puta soledad.
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