
Despertar a media noche,
o a las tres de la mañana
y no apagar el televisor,
solo, para no escuchar
la propia respiración.
Levantarte
y no mirar al espejo,
porque sigue ahí
el mismo viejo conocido
que te tiene tan
cansado/fastidiado.
Llegar a casa
con la única intensión
de largarse cuanto antes,
porque las paredes reclaman
su espacio y el aire
que siempre,
siempre falta.
Dormir cansado/borracho/solo
porque es lo mismo
que no hacerlo,
que no estar,
que faltar en donde nadie nota
- solo uno mismo-
las ausencias.
Mirar las paredes
y hablarle a los retratos,
escribir para el papel, decir
ya basta, cada mañana
y cada noche.
Ha pasado,
me - ha pasado.
6 comentarios:
Qué gusto encontrar tu espacio. Te estaré leyendo.
Jime, gracias por la visita y el comentario, claro, nos estaremos leyendo.
Un gran saludo.
No ma !
Vaya que me ha pasado
desgarrar en vacios
las ausencias
que se vuelven infinitas
conforme pasan soles y lunas
por las ventanas
de una casa que resulta ajena
de una ciudad a donde no perteneces...
vaya que me ha pasado ....
Saludos Ilich,
siempre un gusto leer
todo esto que usted escribe !
Sergio, y después de un tiempo. mirarás hacía atrás y sonreirás, que el balance final siempre sea positivo, aunque esas noches, en ese momento ahoguen.
Un enorme saludo, es un placer que me visites.
¿Por eso escribimos? Touché
tu lo sabes, solo escribe el que carece.
Cuando carecemos, incluso de lo concreto, usamos signos, incluso signos de signos.
Acho isso
Publicar un comentario