miércoles, 14 de marzo de 2012

Decir "Vida" con la boca llena no es de mala educación

"Yo quiero llorar a veces furiosamente
porque no sé qué, por algo,
porque no es posible poseerte, poseer nada,
dejar de estar solo."
Jaime Sabines


Mirar borracho al cielo / al pasado / al espejo
con un poco de soledad
con un chingo de ganas de decir cualquier cosa,
contar del cuerpo que recuerdo en mi cama
cada mañana, cada noche que se vuelve
demasiado larga, con resaca, pinche cruda

mirar hacía mi propia historia y sonreír
cínicamente / sinceramente / sin razón aparente
maldecir los pasos que no di
amar el dolor en mi espalda, la ansiedad de mis manos
besar mis cicatrices, dormir -a veces- en mi colchón
sentir compasión de los malos recuerdos

beber  licor / café / saliva
todo el día en el mismo vaso,
cantar la canción que no me suelta
cuando escribo de mi mismo
- como si pudiera escribir sobre algo más-
llorar alegremente, reír con toda la melancolía del mundo

decir: nadie me tumba de la cima de mis pasos /
nadie me arranca del camino que escribo /
a que no aguantas tantos besos
como para quedarte mudo / ciego / medio muerto
en la esquina de un parque / burdel / bar / 
pedir prestada una vida y vivirla hasta terminar con ella.



Escuchaba esto mientras escribía, no podrían decir que me identifico, pero si, y un chingo
http://www.youtube.com/watch?v=j6u6cR5Pe1I 


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