martes, 15 de octubre de 2013

La ausencia de ti

se me esparce por las manos,
por los labios, las palabras
que te nombran a escondidas,
muertas de miedo,
como metáforas
que no levantan el vuelo,
ni la mirada,
ni una falda -a cuadros-
en primavera.

El ungüento de tus besos,
que ya no están,
ni van a volver por compasión,
ni por el último reclamo
que se me quema en la punta
de la lengua, que no sabrá
más de tu cuerpo,

es tu recuerdo,
quien me seca cada verbo,
el que duele,
entre los huesos,
y en este espacio,
justo entre la quinta
y la octava costilla,
que se vuelve una avenida
vacía, en silencio, tan jodida.

Es tu nombre que duele
tanto, tonto, pendejo,
que aparece a su lado,
con palabras más dulces,
más libres,
pinches celos jodidos,
de idiota abandonado.

Es mi mirada que no te soporta,
sonriendo, tan tranquila,
esparciendo por el aire
el aroma de tu cabello,
que tendría que estar haciendo
vuelcos en mis dedos,
que debería descansar
tranquilamente en mi almohada,
y que le falta hasta a mis sábanas,
tan limpias, tan secas,
tan frías, tan insoportables,
sin rastro
de ti.




Es verdad, aún no lo supero, duele e el orgullo, en la cansada dignidad que aún así no se raja, 
duele en los recuerdos, que me invento, pero sobre todo en los que me inventó
(bendita importancia de los acentos / Bendita importancia de los aciertos - ah Cierto- )
Duele sobre todo, en alguna parte del pecho y la garganta, asfixia las ganas,
me corta la confianza en el amor que merezco (sé que no), en el amor que me crezco (este a veces)
en el amor que me empiezo (siempre), en el amor que no es (nunca)

Quiero verte y que no duela, o que no importe, que no me interese el destino de tu cuerpo, 
desnudo, vertido, corriendo, cayendo, callando, gimiendo, vertido, a la vista de lo que -que bueno-
no ocultas.
Quiero verte y que no importe, que no mastique la visión de tu pinche sonrisa por días, 
que no añore tu cabello en mi cama, que no extrañe tu voz antes de dormirme pensando
"que bueno, habrá mañana", quiero que no duela, que no importe ... no quiero verte, porque tengo la esperanza de que  eso duela un poquito más, pero por menos tiempo.

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